jeudi 11 février 2010

formica


A las muníficas hormigas enseña el fuego del estío los contornos de un único planeta.
Quizá la hormiga muerta, serena al fin, y transportada, se permite mirar en otros fuegos... su mirada es menos que ceniza, como menos que su estío conocido los planetas no nombrados y sin frutos son doctrina pasajera de la larva y el cadáver, blancos, invernales, subterráneos.
Hormigas del norte y hormigas del sur, por turno vienen al fuego doctrinario, el mundo o planeta se divide y un cinturón de eterna hormiga a sí mismo en el sueño de la larva extraña o el cadáver lo vincula, a sí mismo en el munífico planeta no nombrado.
Es útil el invierno, a los ojos de ceniza de la hormiga para olvidar los contornos de ese planeta ardiente y ser larva sin serlo, como no puede ser camino el cielo del pueblo, ni el cadáver moverse por sí mismo, sino dormir en la cueva sin conciencia del blanco blasón o de la negra armadura, sin otra conciencia que el murmullo de la especie en su otro teatro y quizás la ecuatorial crueldad del fuego eterno que aún en la noche hermana norte y sur en un contorno circular que sólo es vida, vida, imposible ceniza.
Así pues, es vida la conciencia del cadáver, y recuerdo del contorno de la larva la figura del planeta, transportado en su cintura por la oscura vida, sereno y como blanco pensamiento de otro mundo o de la muerte.

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3 commentaires:

JGLR a dit…

j'ai eu bcp de mal à vous lire en Espagnol mais vôtre toile m'a parlé en un langage charmant

Manuel Montero a dit…

Laquelle, celle de plus haut ? Ici c'est une encre sur papier. L'inscription est sortie d'une chanson carcérale de los Chichos.

JGLR a dit…

celle ci les échelles en disent l'on et parle d'eux même avec ce je ne sais quoi qui fait tout en epinture