lundi 31 octobre 2011

la cortesia y la carne (5)


invitation expo Eve Livet
cliquez pour voir


se puede encontrar aqui
un enlace con las grabaciones
de las que se habla en el texto



Un experto de Arte del seguro vino la otra mañana a examinar el valor de las obras y los libros afectados, algunos irrecuperables, por la inundación de la que doy cuenta en mi estudio sobre Dante. Eran dos expertos, pero casi comuniqué exclusivamente con el más serio. Su mirada comprensiva sobre mi situación, ponderando el tono de obra y biblioteca, captando más de una idea, no dejaba de ser severa. Me dejaba claras dos cosas : Había perdido información importante para mi carrera con dos libros cuyo papel couché, sometido a la humedad, había pegado en masa casi todas las páginas. Eran el libro de Salvador Dalí en el que da idea concretas y prácticas sobre el color y otras cuestiones, y el de Jonathan Meese en el que se contienen buena parte de sus manifiestos improvisados, que yo quería asimilar bien puesto que comparto el tono de su "dictadura del Arte". Pero lo segundo que me quedó claro, en su mirada sobre los títulos de mi amontonada biblioteca parisina, es que para él era ni más ni menos que una "biblioteca de pintor" más, especial como las otras. La presencia de novelas rebuscadas, pero al mismo tiempo fundacionales en su género, o de poesía en diversos idiomas, o de filosofía y religión, no modificaba el uso que de ella, en su juicio, yo podría hacer solamente en tanto que mi existencia estaba ligada al oficio de pintor.

Una discusión con un amigo cineasta de vanguardia, sobre un subido tono personal que yo mismo he provocado, en un momento fusional, me ha llevado a leer a Dostoyevski, y me he encontrado tan a mi aire que he hecho mil planes ligados a este trabajo sobre el amor cortés. La idea de ponerlo en práctica era el trasfondo de todas mis búsquedas filosóficas. Pensaba pasar al trapo de una carta de María en que me remite al sufismo y que reproduzco en parte a continuación :

Manuel:

Otro punto de vista, (complementario creo) La creación del amor
cortés, la sublimación del amor carnal, y más tarde su evolución hacia
el amor romántico en occidente, puede explicarse como una especie
de válvula de escape, una canalización clandestina de la pérdida,
(como lo sería la mística), del anhelo de vivencias espirituales
individuales, cercenada por los que deseaban ejercer el control sobre
esa vida espiritual (cristianismo en este caso) al fin y al cabo la
más peligrosa,


Parece que sobre la poesía trovadoresca influyó bastante la mística
surgida en Arabia y Siria en el siglo XI, donde ya poetas como Al
Hallaj, Al Gazali y Suharawardi de Alepo, (influidos a su vez por
doctrinas neoplatonicas y maniqueas persas )crean una poesía en la que
la amada se identifica con la divinidad. Ya antes, Nuri de Bagdag, en
el siglo IX, (cuyos manuscritos se conservaban en Bagdag, !que habrá
sido de ellos!),dice ser el mismo "un amante de dios", lo que le costó
ser acusado de herejía por el islám ortodoxo y además utiliza la
metáfora de las siete capas del palmito como Santa Teresa. (De donde
la sacaría?. Tal vez de los libros que leía de niña de los que se
habla a veces sin especificar cuales eran?. ) La Influencia de Ibn al
Arabí sobre Dante, además, es ya tan aceptada como la del sufismo
sobre la mística española.

Además, la castidad, los ayunos, la penitencia, el castigo del cuerpo,
como medio eficaz para alcanzar la comunión con Dios, tiene una
antiquísima tradición, que en absoluto es sólo cristiana (Es uno de
tantos tópicos). Ello implica, me digo, despreciar nuestra parte
carnal, la cual hay que silenciar , semieliminar, para que la parte
espiritual "florezca" en todo su esplendor. Sin embargo los místicos
más interesantes ( y también Dante, un místico al fin y al cabo),
acaban, paradojicamente, superando este dualismo.


Cómo?. Tal vez sea una de las claves del tema. No lo tengo claro
todavía. Lo que me interesa de Quevedo es como te decia su
reivindicación del caracter sagrado de la carne. En este sentido
recuerdo a los alumbrados de Llerena, una herejía del XVII que
predicaban la exaltación de la carne.Fueron naturalmente perseguidos y
eliminados también. Ya se sabe que el que se mueve no sale en la foto,
ya sea para un lado o para otro.

Puedes colgar en tu blog lo que quieras, bien entendido que todo esto
son elucubraciones que sirven sobre todo para pensar mientras se
escribe, pensando que hay un interlocutor receptivo. En cuanto a
Velázquez en absoluto minusvaloro tu capacidad para entenderlo. Todo
lo contrario. Simplemente creo que se relaciona bastante con todo esto
que hablamos y me gustaría pensarlo bien.

Es domingo. Sol espléndido tras dos dias de lluvia intensa. Perfecto.
Disfrutémoslo.Viva la vida. Mis pájaros se han puesto las botas hoy.
Les he echado migajas de barquillo. No tienen ni idea de que hay
crisis



María

María

Bueno, pues buena parte de esos libros los tenía a mano en casa, de la biblioteca de Eve, bien nutrida en lo relativo al Islam en sus facetas tanto políticas como poéticas, pero al taller preferí traerme solamente dos, una antología de Eva de Vitray-Meyerovitch y un estudio en inglés que Eve probablemente no se pondría ahora a leer : As through a Veil, de Annemarie Schimmel. Especialmente, concebí dar un repaso experimental a un repertorio, que yo hubiera preferido de antigua fecha, pero que desgraciadamente para mi vanidad es un texto sufí relativamente tardío y reciente, en el que se enumeran cosas como "los comenzamientos (bidayat)", "las puertas (abwab)", o "los estados místicos (ahwal)". La sección de los "vínculos tutelares (zilayat)" se me apareció como la más jugosa y sugestiva.

El primero veo dos traducciones (desde el francés "coup d´oeil", porque no me siento capaz de trabajar sobre la designación árabe original : lahz) : "vistazo" y "reojo".

Lo sigue, en una enumeración de 10 "vínculos tutelares", dentro de las diez secciones de 10 llaves cada una de las "Etapas de los itinerantes hacia Dios" de Abdallah al-Ansari al-Harawi, el vínculo del "instante (zaqt)".

De ahí me encuentro cavilando en que aunque he importunado a mi amigo cineasta a propósito de su hija Doucha, yo lo que tenía rondándome la cabeza eran las discusiones con una jovencita iraní que me ponía sobre las mismas pistas que María en la carta de hoy. Le expliqué que mi interés por su hija era efecto de una única conversación en un café al lado de una galería del Marais, un "lahz", un "zaqt", que venía arrastrando como una neurosis de amor durante casi cuatro años, y que ella me había dado por toda señal para encontrarla el nombre de su padre y que ahí empecé a interesarme por el cine nihilista y que por eso decidí hacer su retrato, como salida a ese bello recuerdo de juventud femenina, al padre de Doucha, que es Pierre Merejkowsky, un nombre asociado a discípulos de Dostoyevski que en tanto rusos blancos terminaron en París, como Zinaida Hippius y su marido Dimitri Merejkovski, ambos finos escritores, poeta además ella.

Pero como digo, la jovencita iraní era la que a pesar de haber soliviantado a Pierre ocupaba realmente mis intentos de instruirme un poco en mística musulmana, incluso más que la correspondencia con la propia María, que iba a ser de las pocas personas en leer mi blog la parte escrita en español. El "lahz" y el "zaqt" toman aquí la forma de una constatación siderante. Estaba convencido de haber escrito un mensaje telefónico de texto a la jovencita a propósito de un retrato de un joven cardenal realizado como "obra de juventud" por el malogrado y genial Rafael Sanzio. Me digo que debo sublimar más y reproducir, traducido, mi arranque sobre ese cuadro, con lo que comportaba en su momento de seducción. Y de pronto veo que no hay mensaje, que fue algo que debió cruzar mi mente en un momento en que estaba absorto delante del cuadro. He perdido lo que pude llegar a escribir mentalmente, la observación, la explicación que yo le daba a título de cortesía a ese cuadro. Todo ha sido olvidado, y eso es a su vez característico de otros de los puntos del tratado de Abdallah al-Ansari al-Harawi. Disculpen si el número 7 de las "realidades (haqa´iq)", en el cual encuentro el motivo de contarles todo esto, puede honrarnos poco a ustedes y a mí. Y es que la explicación de la "embriaguez (sukr)" sirve según este autor para sugerir el hecho de cesar de poseerse bajo el choque de la emoción...

Justo cuando me puse a llorar escuchando por enésima vez Jesucristo Superstar.

Por el suelo está Quevedo abierto en el prefacio a la traducción que hace de las Lágrimas de Hieremías. Por otro lado "El Anticristo", una novela de Dimitri Merejkovski, que cuando he leído la solapa me ha hecho pensar en mi hijo, diga lo que diga Pierre de que no debemos "mezclar" a los hijos en nuestra carrera artística. El lo ha sido a su manera, y no deja de ser sintomática la manera en que utiliza repetidamente como la palabra más terrible del mundo el verbo "mezclar", como si todas las cosas debieran encontrarse separadas y en estado de pureza hipostática, plotiniana. Andan por el suelo lecturas concernientes a la estética musical : los grabados de la Musurgia Universalis de Kircher, un libro de Enrico Fubini en italiano. Finalmente, la Farsalia de Lucano y una generosa monografía sobre Velázquez, que para mí es como una realidad que se me resiste. Se puede decir que el conflicto generacional yo lo tengo con Velázquez.

Concibo el proyecto de traducir en cantata francesa, en una pista sonora improvisada, el profeta Jeremías a través del texto de Quevedo. Tengo un amigo músico que podría componer música para mi traducción performativa. Pero también quiero hacerlo con otros poemas, de gente viva. Estamos hablando dentro de un contexto, el mío, así que prepárense, si el proyecto se realiza, a afrontar la estética techno-rave. Si lo miran despacio, verán que no les estoy pidiendo demasiado. Cualquier otra casuística vendría a desmerecer, finalmente.

Respecto a Velázquez se hace flagrante el contraste entre el mendigo lleno de dinamismo en la escritura de Dostoyevski, y el mendigo disecado por el realismo o el naturalismo de Velázquez. Una de esas novelas rusas cuenta la infatuación de unos burgueses idiotas que querían disecar el perro de un mendigo, su único amigo. Y los que flipan con Velázquez me parecen tener la misma mirada cupidiscente sobre la pintura. De una cupidiscencia entendida como la miseria de las miserias.

El problema de la carnalidad de Quevedo no me lo plantea su virtuosa poesía amorosa o sacra, ni sus traducciones, sino la gran masa de poemas sarcásticos en que se vertía su "genio". ¿Acaso alguien de una carnalidad a la que se le ve tanto el forro plebeyo puede decirse que venga dotado de un "genio"? Pongamos que sí. Plutarco ha disertado sobre el demonio o genio de Sócrates, otro personaje de carnalidad vulgar y de desencanto. Torres Villarroel, aventurero y astrólogo, dotado del olfato de un alquimista con leche en el fuego, ha elegido en un libro moral a Quevedo para practicar la misma necromancia de Ulises o de Eneas.

Un factor importante en mis retratos es un cierto espiritismo, ya que la mayoría de mis modelos tienen ancestros ilustres. De la manera que sea, ya se explicarán las cosas en su debido momento.

El protocolo de un retrato de corte, aunque sea de la corte neo-pobre de una aristocracia del espíritu venida a menos, impone retenerse, y no siempre lo hago, hay algo excesivo y volcánico en mis retratos, por el uso del color a la italiana, de una manera nada española, y todos sabemos, que para el placer de nuestros ojos, Italia, si pensamos no sea que en Lucrecia Borgia, sin tocar el tema de Simonetta Vespucci, era de un puterío que ni en Madrid ni en París se pueden aguantar.

Como una de mis especialidades artísticas es la traducción, le vengo dando vueltas a qué puedo traducir al español que toque el tema del amor cortés o de la carnalidad y que nos aporte algo de interés...

Bueno, veo poesías subrayadas por Eve que me interesan, así que traduciré versos sueltos :

Es limpia limpidez y agua no es.

Es una fluidez de vista y distancia,

y no es el aire.

Es una luz sin fuente de energía

y todavía no es corporal, pero respira.

(...)

Adelante chicas, adelante chicos,

no ha vivido en este hotel quien no ha bebido.

Y tengamos todos por un imbécil

al que no la palma de una cogorza.

Es autocompasivo, dejémoslo estar,

el que en su estudio se ausenta esta noche de este bar.

(traduzco libremente, pero no se desperdicia el sentido)

al-Khamriya, Omar ibn ul-Faridh

¿Y qué decir del vino eucarístico? ¿No puede ser cabezón? ¿Por qué no? ¿Como si fuese vodka? El vodka también puede ser la sangre del Mesías, la mandarina de la desgracia arrancada al árbol que comparten los adúlteros cuando no ha habido sino lágrimas. Esa sangre de muchos grados de alcohol que quema nuestra garganta se derramó para que olvidásemos el cúmulo de los errores de nuestra vida, que se parece a las hojas del otoño, que transcurre en trabajos que no son sino una prostitución y la sucia compresa de la mentira piadosa, nuestra historia de amor, que es una mierda, y para que llorásemos como nos lo pide la carne, que ya no se deja engañar por el amor. Es la lógica del anarquismo católico de un Céline, o de un antagonista de mis propios principios como Juan Asensio, simple crítico literario de moda, tendencia neo-reaccionaria y católica, que pensaba que me sobornaría fácilmente y al que me negé a dar la mano en un cóctel, y le canté cuatro verdades, a pesar de saber sus méritos, haciendo mío el gesto de tantos franceses indignados frente a un presidente que no sabe responder otra cosa que "lárgate, gilipollas"... Y en fin, los méritos de Juan Asensio, espero todavía que me los expliquen, aparte del morbo de ser un ligón reprimido. Y más mesiánico que yo. Así hay que tomárselo, aunque todo sea postizo y oportunismo. Cualquiera de los autores que él recomienda a mí se me caería de las manos sólo viéndolo en el escaparate. Su libro sobre Judas él pretendía que yo lo ilustrase, porque el señor estaba siempre demasiado ocupado para dejarse retratar, y me envió solamente un extracto de una página. Fui tan tonto como para ponerme a trabajar, deben andar por ahí dos o tres bocetos. Sin acabar en sarcasmo la vida humana no está consumada, y eso es el cristianismo, una vergonzante ejecución de la pretensión del hijo de un carpintero. Y en medio de esta muerte lenta tenemos sed y más sed, el vodka, por muy divino, nunca podrá ser suficiente mientras no nos haya matado. Se diría que es mi propia sangre lo que estoy bebiendo, y si les soy sincero, es una poción soluble de achicoria con azúcar y leche en polvo, que disuelvo en agua hirviendo y que no paro de tomar. A veces es lo único que tomo en todo el día. Debe ser otra cosa, haberme puesto a hablar de vodka y de patetismo, no sé decir de otra manera lo que pasó con Lydia. Nada, como siempre. Aparte de que ella lloró.

Era "hierba de bisonte" polaca.

Sobre Lydia debo decir que no tengo sino dibujos, y la mayor parte de memoria, pero que pasé largas conversaciones absorto en sus pies desnudos sobre el adoquinado del callejón y que cuando estaba sentada en mi taller discutiendo conmigo me insistía en que mirase sus botines de tacón de aguja en cuero negro, de diferente modelo cada vez, viniendo a ser esa contemplación el momento supremo de fusión. Esto yo no lo entendería de la misma manera si no hubiese confirmado mi gusto por la escritura implícita en el masoquismo y trabado con ello conocimiento con Dahlia, como entonces se llamaba Chloé Saffy, que me impulsó a comprar una película con Gerard Depardieu y Bulle Ogier (le estoy dando vueltas a si no es un pseudónimo sacado de Le Baphomet), dirigidos por Barbet Schroeder y con fotografía de Néstor Almendros y vestuario de Carl Lagerfeld... esencial, en un film sobre el sadomasoquismo fetichista, el vestuario. En fin, debo decir que conocer a Lydia con Dahlia como punto de referencia, me llevó a releer de otra manera la literatura medieval : Marie de France, Le Roman de la Rose, Tristan et Yseut, de Béroul, con San Juan de la Cruz de por medio.

Pero el verdadero amor, incluso fetichista, es el conyugal, y hace falta perderse para volverlo a descubrir regularmente... ahora, viendo Maîtresse, la película en cuestión, no puedo sino pensar en las sutiles delicias de seguir siendo desconocidos después de tanto tiempo, los esposos, en la locura a dos, en la pareja que siempre es provisional entre artistas llenos de secretos y de deseo.

Según mi forma de ser, es impensable que si lo que pienso hacer en este tiempo que viene es dar un buen repaso a Quevedo, desarrolle mi trabajo hablando directamente de él o de lo que ha escrito. No funciono así. He empezado a traducirlo de viva voz al francés en grabaciones que están en línea en el enlace correspondiente. Pero aquí lo tengo al baño de María. Lo próximo que pienso traducir lo voy a buscar en el libro de la Schimmel.

‎ش نع عسعر فشمشمششف كعيشك

(no tengo la menor certeza de haber escrito en árabe algo con sentido, cualquier puesta en forma es bienvenida)


Los vasos aquí están ah-ardientes de vino

¿ o es que son soles que humean

(ah) en las campanas de una nube ?

Se parecen tanto en el fuego de su cándido juego

el vino y el vaso... que nada sube

más y más nos pone al paso

que el desapego con que luego se lean,

vino y vaso, unidos los dos en uno, de momento,

los olvidos del sacramento confuso del destino.

El papel y el cristal hasta el final,

el vino sacramental

es polen de una mala hierba, semejante a la mierda.

La Vida del profeta

hoy día no la paga

ni la peseta...

O la forma del verso en curva hace que yo me pierda,

y solamente el placer de mi locura es la forma total.

Que todo lo que es lo que es, es que es Ella, y a conciencia :

una cosa y la otra, Alma y Vida amada, y corazón y creencia.

La Vida del profeta es un Alma, Alma es el papel del poema

para la Vida que escribe...


(otra vez hago notar el carácter performativo de la traducción, al que no renuncio)


Iraqi, Kulliyat (tarji band, segunda parte)

Francamente, habiendo sido educado en la religión católica, la sensación que me transmiten estos poetas, al menos persa el segundo, es que, en el seno del Islam, se han sacado conclusiones muy precisas de la comunión eucarística cristiana : el místico observa como sagrada la embriaguez. Digo el místico, por conservar la designación de algo que oscila entre lo que sería un libertino de finales del siglo XIX, a la Swinburne, o Baudelaire, y un asceta atormentado y reflexivo cuando confluyen en la misantropía de un granadino como Narzeo Antino, obsesionado por la Alhambra y por las palomas, o cuando nos recuerdan a Klossowski en la monomanía avejentada de las reiteraciones y el lápiz dificultoso del angelismo.

El rostro de Narzeo Antino, dibujado por mi padre en la solapa de Ceremonia salvaje, su primer poemario, que tendré que traducir al francés en alguna grabación para saber que lo he leído debidamente, y que costaba 60 pesetas en 1973, cuadra perfectamente con Omar Khayyan, si hacemos abstracción de las gafas estilo Fidel Castro.

El rostro de Pierre Klossowski, captado de reojo por medio del conjunto de visiones conyugales de Denise, a lápiz, en las fotos de Pierre Zucca orquestadas por Pierre... corresponde con la sensibilidad devocional y refinada de un Suharawardi de Alepo. La precisión de la voluptuosidad filosófica de Le Bain de Diane, es la misma que me suscita Suharawardi.

Dionisiacos y apolíneos del Islam, temáticas intensas de distinto modo, unas más cerca del color y las otras del dibujo, unas de la música y las otras de la visión. Y, como dice el poeta persa, las dos cosas una sola, llegado el momento. Pero María me enfocaba hacia el amor cortés, y yo mismo me mostraba interesado por Quevedo y lo carnal, el sentido final de mi divagación viene dado por su carta, en la que todavía me hundo como en el estanque de un carmen granadino de mi niñez, sin hacer pie, en lo verde y frío. Pero esencial, inolvidable hasta el punto de servir de sueño a mi imaginación.

Por supuesto, siempre será apasionante asomarnos a los casos de homosexualidad en el amor cortés y en cada una de sus mutaciones o avatares desde el sufismo hasta lo plebeyo del barroco, donde no sabemos si situarla en la expresión literaria o más bien refugiada alrededor de la pintura desaparecida de Jauregui, el pintor y poeta, siendo la sacristía de los pinceles el apartado jardín en que Sodoma esconde sus últimas brasas, pasando por los contactos físicos entre la lengua árabe, turca, persa, y el balbuceo latino y los dejes góticos, pasando por Dante, quizás, y luego por el platonismo en movimiento desde Botticelli hasta Rafael y Ticiano, bueno, por no decir desde Leonardo a Miguel Angel y Borromini, no cuenta para mí la persona sino el sentido. Todos buscamos un padre, todos nos buscamos a nosotros mismos...

Me llamó la atención un poema de Jáuregui a Santa Teresa, en el que toda posible lectura se ve dislocada radicalmente hasta lo imposible. Los sorprendentes sonetos de Villamediana, aún conservan un ambiente. La poesía de Jáuregui es toda como la elisión de su famosa Judit perdida.

Aquí estuve escribiendo lo que doy a leer más arriba sobre el amor conyugal. Lo que explica Depardieu es que sólo si se comprende la libido del proxeneta, y aún así depende... se puede integrar lo que supone hacer atravesar el tiempo un erotismo a dos, a través de la interferencia de lo real, que incide en... lo carnal, y en lo que de cortés debe tener siempre el amor.

Sirva esta dislocación de una noche para metáfora de la torsión civilizadora del Arte sobre el amor. Porque la problemática del Arte ganaría si se vinculase a este paroxismo de lo biográfico que es siempre la representación del amor. Porque me pilla de cerca, habiendo pintado desnuda a una mujer que me fotografía y me edita. Ahora, en la otra mitad de mi pantalla, Depardieu y Ogier cenan tostadas de mantequilla y discuten de la esclavitud del placer, con bastante sentido práctico. Era una escena anodina, luego hay una secuencia expeditiva : antes de que veamos en qué consiste el verdadero misterio, el coleguilla profano es tirado escaleras abajo, y yo salto dos secuencias, de todas formas ya he visto antes aquello. Y todo es tan desconocido. He cerrado los ojos en el cine a veces solamente por cuestiones como la belleza del blanco y negro en el casto Satyajit Ray...

Es muy fuerte la paranoia saludable de Depardieu, en la que aprende de sí mismo, y está de sobra a la altura de Paco Rabal en Belle de jour, de Buñuel. Con todo que este último no juegue el mismo papel, los caracteres son cercanos.

Si estoy contigo hace falta que yo pueda comprender esto, dice el pequeño chulo.

Si quieres que lo nuestro dure, es mejor que no comprendas, le responde ella.

...

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